viernes, enero 26, 2007

Lectura nocturna [RELATO]

La mujer sentada en el borde de la cama revisaba ayudada por sus gafas de lectura lo que parecía una envejecida hoja. La luz de la lámpara ayudaba a divisar con nostalgia, su nombre escrito en la primera línea. La solía revisar a menudo por las noches, desde ese día en que Rosa, su mejor amiga, se la entregó discretamente dentro de un sobre.

Camila:

Hoy te vi después de muchos años. Sonreías pero no te movías. La cámara fotográfica había congelado ese mágico instante. Feliz también se veía el hombre que te rodeaba con sus brazos mientras tu enseñabas orgullosamente un anillo. Me dio gusto verte así, tu felicidad era bastante contagiante.

Pienso en lo curioso que son los caminos de la vida y en el poco tiempo que nos damos para analizar cada uno de ellos. Recuerdo las palabras que no te dije esa noche en la que nuestra relación acabó. Recuerdo que, en ese momento, no pude ser todo lo sincero que debí haber sido. Recuedo que no te dije que había perdido la ilusión, recuerdo que no te mencioné que me estaba interesando por otra mujer. En esa ocasión fui un cobarde, lo reconozco. Por mucho tiempo tu dolor fue mi dolor, tus lágrimas fueron mis lágrimas y tu roto corazón fue el mío. No es fácil ser el villano de la película, espero me hayas podido disculpar.

De tí he conservado lo mejor: tu frescura, tu belleza, tu gran corazón y tu adorable mirada de desconfianza. Privilegiado yo por conocerte. Recuerdo tus intentos en remendar este viejo corazón que estaba hecho pedazos y que al final lograron que superara la triste experiencia con Fátima. Tuviste mucha paciencia conmigo y eso es algo que siempre recordaré.

Dicen que hay que ver hacia adelante y es lo que he tratado de hacer Camila. De el pasado sólo quedan recuerdos y de esos ambos tenemos bastantes. Deseo que a través de estas líneas sepas que te felicito por tu nueva familia. Te envío desde este lejano lugar, en el que me encuentro, un abrazo a la distancia y espero que nunca hayas dejado de sonreír. Siempre sonríe, tal como lo haces en esa foto vestida de novia, es la única foto que he podido ver después de tres años, y no fue fácil de obtenerla. La dirección de tu nuevo domicilio la desconozco, pero alguno de tus amigos cercanos me han prometido que te harán llegar este mensaje sano y salvo, ojalá no sea inoportuno. Ellos también te quieren mucho.

Miguel



Un bebé lloró en la habitación de al lado. Camila guardó el papel dentro de un libro y acudió al llamado de su hijo. Algún día él también se marchará, pensó. Lo unico que verdaderamente nos pertenece son los recuerdos, se dijo para sí.

viernes, enero 19, 2007

Declaración de guerra [RELATO]

El móvil sonó con fuerza, Miguel había ingresado hace unos días esa melodía en el teléfono, era una melodía alegre que coincidía con su estado de ánimo. Fátima había aceptado intentarlo con él y era su enamorada. Lógicamente le había pedido tener paciencia, puesto que su anterior ruptura no era fácil de sobrellevar.

El reloj marcaba las 8.00 am. El día anterior había sido extraño, Miguel acompañó a Fátima a su casa. Los dos se encontraban sentados en el salón cuando llamaron a la puerta: era Francisco, el ex novio de Fátima. Miguel sentía que su relación empezaba con dificultades pero sentía que esas cosas eran soportables porque Fátima lo valía. Una mujer como ella no se encontraba todos los días y había algo en su corazón que le animaba a continuar.

Cogió el teléfono móvil y observó que en la pantalla, no aparecía el número telefónico de quien llamaba:
-¿Aló? ¿quien es?. Preguntó Miguel.
-¿Eres Miguel no es así?. Interrogó una voz del otro lado.
-¿Sí?, ¿quién habla?
-Solo quiero decirte que tienes dos días de enamorado y ya eres un cornudo!. Dijo la voz
-¿Que? no entiendo, ¿quien eres?. Preguntó Miguel, sospechando de quién se trataba.
-Te deseo toda la infelicidad del mundo, ¡chao!. Francisco cortó la comunicación.

Miguel sintió un vacío en el estómago al reconstruir mentalemnte lo que había pasado el día anterior mientras él esperaba en el sofá. Francisco había besado y tocado a Fátima en el portal de su casa. Le preocupó que Fátima no le contara el incidente ¿ella lo habría consentido? ¿Francisco la habría obligado?. Sus dudas se sentían como hormigas en las entrañas. Lo peor era, según él, lo que temía que pase: Que Fátima lo deje para volver con su ex. La situación no se veía favorable y además cobraba un nuevo matiz: Miguel tenía ahora un enemigo. Francisco le había declarado la guerra.

La sensación era similar a lo que había experientado desde que empezó a salir con Fátima, es decir, de incertidumbre. Miguel no quería que las cosas salgan mal, pero el mundo nuevo que se abría ante él lo sorprendía con estos golpes. Miguel reparó que el miedo, la incertidumbre, la emoción y esto que sentía por dentro no podía significar otra cosa: estaba enamorándose.

domingo, enero 14, 2007

Mujercity



El tiempo nos presentó.
Mis vicios y tus anhelos
Al respirar hay humedad
Color gris, llevas tu pelo.

Tus miserias camuflé
Tus espacios de folclore
Tus paseos, tus murallas
Soy guión, soy un actor

No eres mía, eres de ti,
con mis memorias hoy sueño
voy a extrañarte un día
mas no quiero ser tu dueño

¿Qué es lo que hoy hacen por ti?
hay tan poco que escoger
Eres pueblo y ciudad
Eres Lima: una mujer.

miércoles, enero 10, 2007

Primer día de trabajo [RELATO]

El calor de verano se reflejaba en la frente de Miguel. Minutos antes, él había llegado temprano a este edificio en pleno centro financiero. Ese día era su primer día de trabajo.

Luego de unas breves presentaciones y coordinaciones con los responsables del área, Miguel, ya se encontraba sentado en un escritorio rodeado por tabiques de madera que lo separaban de otros escritorios similares al de él. Tenía enfrente un ordenador, así que procedió a sumergírse en la labor encomendada, mientras la mañana pasaba sin apuros.

Llegada la hora de almorzar, buscó en el comedor a Carmen, su compañera del instituto, quien ya llevaba una semana laborando en el mismo edificio que él.

-¿Como te va en este lugar? preguntó Miguel.
-Pues hay bastante gente amable, ya los irás conociendo. Contesto Carmen.
-Eso espero, hoy sólo he conocido a mi equipo de trabajo.
-¡Fátima! siéntate acá -señaló Carmen dirigiéndose a una atractiva chica que se dirigía a la mesa- Te presento a Miguel, compañero del instituto.
-Hola! saludó Fátima.
-Hola. ¿También eres nueva?, dijo Miguel.
-Las dos empezamos el mismo día, adelantó Carmen.

Miguel la saludó con cortesía y siguió charlando con ellas. La conversación transcurrió con normalidad, así como transcurrió ese y el resto de los días de la semana. Durante los días siguientes procuraron coincidir los tres en ese horario para contarse experiencias.

No pasó mucho tiempo para que Miguel fuera fijándose en la gracia y naturalidad que Fátima solía irradiar cuando conversaban. Los meses transcurrían y conforme Miguel se ganaba su puesto de trabajo, también se ganaba la amistad de Fátima. Charlaban seguido, solos o en grupo. Fue conociendo detalles, como que Fátima había estudiado en un colegio exclusivo de Lima, que era graduada de una importante universidad privada y llevaba un noviazgo de seis años. Dichos detalles constituían aspectos nuevos para él, y fueron los responsables de ir provocando una secreta admiración hacia ella. Fátima era una chica diferente a las que había conocido en el instituto, era alguien que le iba despertando una adorable curiosidad.

La confianza entre Fátima y Miguel fue creciendo y se hicieron amigos. Eran tan amigos como Miguel sabía ser, como parte de su juego de seductor, con las chicas por las que se interesaba. Se enteró, también, que la relación sentimental de Fátima no atravesaba su mejor momento, lo cual hizo que dentro de él naciera una luz de esperanza: Fátima podría estar disponible pronto.

Llegó el invierno, y con él la dolorosa ruptura de Fátima. Miguel estuvo a su lado, sabía que tenía que ir con cuidado. Pero conforme mas tiempo pasaba con ella, más le atraía.

Fátima, la mujer que pertenecía a un un mundo inexplorado por Miguel, no parecía serle indiferente del todo, los cumplidos, las largas charlas e invitaciones al cine se fueron dando posteriormente. Todo estaba saliendo bien y era cuestión de tiempo, creía él.