miércoles, febrero 06, 2008

Vida y Muerte

Soy ateo y he desechado de mi mente la idea de seres superiores justicieros, cielos o infiernos. Me siento libre de vivir la vida sin más temores o remordimientos que la terrenales consecuencias de mis actos. Soy ateo y eso no significa que no tenga principios, ética o moral. Mas bien, consiste en tener todo eso y más, ya que los tengo no porque exista una recompensa eterna o un castigo divino; sino porque pienso que es lo mejor para mí y para los que quiero.

Soy consciente de mi mortalidad, y de que a lo mucho estaré en este mundo unos 70 u 80 años. Nada comparados con el tiempo que lleva mi especie en el mundo. Nada comparado con el tiempo que lleva existiendo el mundo, y una infinitésima parte del tiempo que lleva existiendo el universo. Soy consciente que esta es mi única vida y por eso, la quiero aprovechar al máximo, sin arrepentimientos.

Todos nacemos predestinados a morir algún día. Creo que morir no es tan sorprendente ni tan duro. Lo duro es ver morir a la gente, sobretodo a quienes uno quiere. Es la ley natural: el joven debe ver morir al anciano. Me reconfortará saber que los ancianos a los que quiero, no sufrirán viéndome morir. Aquellos ancianos se irán antes que yo con la ilusión de que su vida no fue en vano y que dejaron un legado de cómo pasarla bien en este injusto y absurdo mundo.